Todo empezó el día anterior a mi último cumpleaños. Hace muy poco. Cuando fui a buscar una encomienda a la terminal de ómnibus de Retiro.
Me levanté muy temprano para llegar a tiempo -estoy a una hora del lugar-. Hacía mucho frío. Pero eso no es lo importante. Lo que vale es la gran sorpresa que me llevé cuando me encontré con la encomienda. No era justamente un paquete. Medía cerca del metro setenta y pico, tenía cabellera roja y traía una valija a cuestas. ¡Era mi querida amiga Bettyta! Ella, que es de Córdoba, había viajado hasta Buenos Aires. Me quería dar una sorpresa por mi cumpleaños. Y puedo asegurar que cumplió con su cometido.
La cuestión es que “la encomienda” se sentó frente a esta misma pc, me instaló un programa para hacer radio por internet y me dijo: “Si querés podés pasar música por el Portal cuando te conectes, Gracy”. “Ahhh, qué bueno”, respondí. Y ella agregó: “Si te animás también podés hacer un programa de radio con todas esas cosas de las que vos sabés”.
La verdad es que si bien yo soy bastante perfil bajo y nunca pensé en sentarme frente a un micrófono -aunque ya tuve una primera experiencia en Córdoba-, la propuesta me tentó.
Francamente no sé por qué la vida me pone en este lugar. Pero siendo fiel a todo lo aprendido en este largo recorrido por el mundo de lo místico y espiritual, voy a seguir las señales. Seguramente en algún punto hallaré el motivo de este nuevo recorrido.
Quizás tenga que tomarte de las manos y llevarte a volar por las alturas del espíritu. Quizás tenga que desestructurarte y hacerte pensar sobre determinadas cosas que se creen verdades… No lo sé. Solamente sé que tengo muchas cosas para compartir con vos. Me encantaría hacerlo.
Espero, con todas mis ansias, que juntos transitemos este camino hacia no sé dónde, porque como dice el poema: “Se hace camino al andar”.